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martes, 24 de junio de 2014

El buen diseño es aquel que no responde sólo a una cuestión estética sino también a ideas o estrategias

Atipo: «El buen diseño es aquel que no responde sólo a una cuestión estética sino también a ideas o estrategias»


Atipo está formado por los diseñadores Raúl García del Pomar (Santander, 1973) e Ismael González González (Gijón, 1977). De pequeño, Raúl se pasaba el día dibujando sin pensar que eso pudiese ser un oficio ‘serio’, mientras que Ismael tenía una vocación más cinéfila y quería ser especialista de cine. Su infancia es un mix de recuerdos que se sitúa entre los cómics de Moebius –por su atracción estética, incluso sin entender nada– y la pastilla de jabón de Heno de Pravia. Con los años, Raúl e Ismael coincidieron en la Facultad de Bellas Artes en Salamanca, donde se licenciaron en Diseño Gráfico y Audiovisuales. Después de trabajar en diferentes estudios y agencias, ambos decidieron, en plena crisis, poner en marcha su proyecto personal, Atipo. Hoy nos hablan de sus referentes, de la importancia o no que tienen las tendencias en el diseño, el valor de la tipografía, del futuro y de cómo han conseguido abrirse camino desde Gijón, pequeña ciudad donde la cultura del diseño no está arraigada.



¿Cuándo nace Atipo? Atipo quizá nació en nuestros años de universidad, aunque no lo sabíamos. Años más tarde, después de pasar por diferentes estudios y agencias decidimos lanzarnos a la aventura de poner en marcha nuestro propio proyecto. Y aunque nos dimos de alta como autónomos en diciembre de 2009, no fue hasta marzo-abril que empezamos a trabajar en nuestro estudio.
Atipo lo formáis dos diseñadores que al mismo tiempo tenéis vuestra personalidad. Es decir, imaginamos, no siempre coincidiréis o habrá aspectos en los que mantendréis diferentes puntos de vista. ¿Qué es lo más complicado de trabajar en tándem? Nos conocimos estudiando en Salamanca hace ya unos cuantos años y antes que socios fuimos compañeros de piso, amigos. Trabajar en tándem, más que desventajas, nos ha permitido llegar más lejos de lo que lo hubiésemos hecho de forma individual. Y aunque nuestras personalidades difieren tenemos muchos puntos en común a nivel de pensamiento, manera de entender la profesión, gustos estéticos, etc. A veces es más complicado ponerse de acuerdo sobre el menú para comer que sobre un diseño.
¿Alguna vez habéis tenido que recurrir a una tercera persona para poner orden y llegar a un acuerdo? Las pequeñas diferencias o puntos de vista sobre aspectos relacionados con el día a día del estudio nos llevan a un intercambio de opiniones que, rápidamente, termina en un punto en común.

Atipo está situado en Gijón, ¿consideráis que el hecho de trabajar desde una ciudad que no es una gran urbe –o aparentemente no tiene tanto movimiento– os ofrece ventajas o por el contrario pensáis que si estuvierais en Madrid o Barcelona tendríais más oportunidades? Asturias fue una región ligada tradicionalmente a la industria pesada donde el diseño apenas tenía cabida por lo que el desarrollo de esta actividad va más rezagado con respecto a ciudades como Madrid y Barcelona. Aún no hay una cultura del diseño arraigada y todavía no se ve como una herramienta de comunicación eficaz. Afortunadamente hoy en día el mercado no se reduce al vecindario y las nuevas tecnologías permiten que puedas recibir encargos de cualquier parte del mundo, aunque seguramente haya que ‘gritar’ más para que te oigan menos. No sabemos si tendríamos más trabajo si nuestro estudio estuviese en Madrid o Barcelona, ahora mismo la mayoría de nuestro trabajo proviene de clientes de Madrid y gran parte de nuestros ingresos provienen de fuera de España. Las ventajas de una ciudad pequeña son la tranquilidad, el ritmo de vida, el poder ir caminando o en bici al trabajo… aunque a veces se echa en falta la oferta cultural de las grandes ciudades, que haya una librería especializada en diseño u otros servicios.
¿Recordáis el primer trabajo por el que pasasteis factura como estudio? ¿De qué se trataba y cuánto os pagaron? El primer proyecto 100% Atipo fue un trabajo de ilustración y cobramos 2.800 euros (de los de entonces).
¿Cómo veis vuestra evolución desde entonces? ¿Qué cambios habéis notado en Atipo en vuestra manera en trabajar, en vuestra estética, a la hora de tratar con los clientes y a la hora de facturar? En estos casi cuatro años más que evolución hemos notado una madurez a nivel creativo y que nuestro ideario está más definido. Tenemos las ideas más claras sobre qué queremos hacer y qué podemos ofrecer. Aún así cada día tratamos de mejorar y aprender de nuestros errores.

Diseño es… La pregunta del millón, a la que cabezas más preclaras que las nuestras ya se han ocupado de dar respuesta. Elegimos una de Saul Bass: «El diseño es el pensamiento hecho visual».
Un buen diseño es aquel que… El buen diseño es aquel que no responde sólo a una cuestión estética sino también a ideas o estrategias.
Un diseñador a quien admiráis o que os ha inspirado para elegir vuestro camino profesional… Ismael: Uno actual, Vince Frost; uno clásico,Saul Bass y uno español Daniel GilRaúl: Cuando en 4º de Bellas Artes me decidí por la especialidad de Diseño no sabía prácticamente nada de este mundo. Ahora mismo me quedaría con Saul Bass.

Dentro del diseño existen varias tendencias, modas, estilos… Ugly designflat designminimal… En cierto modo, ¿os veis influenciados y seguís ese ‘juego’ de lo que es tendencia? ¿O preferís estar al día, pero situaros un poco al margen? Procuramos estar al día y constantemente vemos que se hace aquí y allá. Diariamente descubrimos algún diseñador, ilustrador, fotógrafo, calígrafo, pintor, músico, etc. que se suma a nuestra lista de referencias. Si tenemos que decir qué estilos o estudios nos influyen o nos sentimos más cercanos tendríamos que empezar por el diseño inglés y nombres como Spin, Made Thought, Hat-Trick Design, Graphic Thought Facility, Build y un largo etcétera pero también tendríamos que citar a Vince Frost en Australia o al diseño que se hace en Nueva Zelanda o a Paprika en Canadá o e-Types en Dinamarca.
Entonces, ¿cómo definiríais el estilo de Atipo? Es difícil etiquetarse, pero seguramente nuestro estilo bebe mucho del pasado, de los clásicos, pero con un aire actual que pretendemos que sea intemporal. Un diseño sin estridencias pero cuidado en los detalles, con un especial énfasis en el manejo de las tipografías y los cromatismos y sobre todo con una gran base conceptual. Admiramos proyectos de diseñadores como Saul Bass, Otl Aicher o Henrion que siguen vigentes después de 50 ó 60 años. Queremos pensar que nuestro estilo lo definen los proyectos y no una tendencia estética.
Vemos los estilos y disciplinas como una amplia paleta de recursos que se pueden utilizar dependiendo de las necesidades de comunicación y nos sentimos igual de cómodos con el estilo suizo que con el cartelismo polaco.


Diseño gráfico, tipografía, ilustración, diseño editorial, motion… En Atipo trabajáis todos estos aspectos del diseño. ¿Cómo se complementan esas facetas en vuestra carrera? Somos dos personas que estudiamos Bellas Artes principalmente por una inclinación hacia el dibujo y la pintura. Una vez dentro entramos en contacto con otras disciplinas, fotografía, grabado, ilustración, escultura, vídeo, diseño gráfico y aunque finalmente nos dedicamos a ésta última el resto están presentes de alguna manera en nuestros proyectos. Y aunque no es fácil abarcar tantos campos, a nosotros nos resulta muy enriquecedor y nos da la posibilidad de plantear los proyectos de una forma amplia y a la vez coordinada.
La tipografía tiene un papel muy relevante en el estudio. Entre las fuentes que habéis diseñado están Calendas, Bariol, Salomé… todas ellas son proyectos propios del estudio, llevan un gran trabajo detrás y muchas horas de desarrollo. ¿Por qué tiene ese peso la tipografía en los proyectos de Atipo?  ¿Qué os aporta? Llegamos a la tipografía por un camino seguramente atípico, de empezar haciendo el letteringpara un logotipo, con el tiempo, grosso modo, a animarnos a completar una tipografía. Calendas, nuestra primera fuente fue creada para un proyecto personal sin más ambición que utilizarla para ese fin y como forma de conocer la ‘tipografía’ desde dentro. Decidimos que fuera de libre descarga y, además de descargas y alguna presencia en medios especializados, nos trajo el encargo remunerado para desarrollar nuevos pesos para la revista Town & Country.

Esto supuso un empujón económico y moral que nos llevó a lanzar Cassannet (un homenaje a Cassandre) combinando el método Pay with a tweet con el de la donación. Tanto la tipografía como la puesta en escena tuvieron un gran recibimiento así que para el siguiente proyecto, Bariol, optamos por regalar un peso y el resto de la familia a elección del comprador con lo que conseguimos difusión y rentabilidad. Con Salomé seguimos el mismo patrón. Además estos proyectos nos han permitido crecer como diseñadores de fuentes y a su vez explotar nuevos modos de difusión y crear conceptos creativos integrales donde aunar ilustración, fotografía o vídeo.

El diseñador del futuro se dirige a… ¿Creéis que dirige más bien hacia este concepto multidisciplinar de tocar todos –o casi todos– los palos del diseño como es vuestro caso? ¿O hacia la especialización en disciplinas concretas para llegar a ofrecer un trabajo exquisito? ¿Cómo influyen la tecnología y las nuevas herramientas? Es arriesgado aventurarse a hablar sobre el futuro. Cambiarán las tecnologías, los formatos, los medios, el público, pero al final tanto hace 50 años como dentro de otros 50 será lo mismo, dar respuesta a ciertas necesidades. Creemos que van a convivir las dos tendencias, incluso de manera más acentuada. Por un lado, especialistas centrados en aspectos muy concretos y, por otro, estudios con capacidad para dar una respuesta multidisciplinar y quizá, por nuestra forma de ser, sea nuestro caso.
La frase más disparatada que os ha dicho un cliente… Las frases más disparatadas se las hemos escuchado a personas que cuando nos contaban su proyecto no sabían mucho de su propio negocio, no tenían mucha información de nuestro trabajo ni una idea clara de para qué necesitaban a un diseñador. En estos casos decidimos que era mejor que no fuesen nuestros clientes.
Y ante un cliente que os dice “esto no me gusta”, ¿cuál es vuestra postura? Hasta la fecha no nos hemos encontrado con semejante respuesta. Quizá porque llevamos poco tiempo o quizá porque hemos sabido involucrarnos en los proyectos que creímos más adecuados (y rechazar los que no, acompañar a aquellos clientes con los que sentíamos afinidad y argumentar sólidamente nuestras propuestas.

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